"Hace cinco años conocí a una historiadora enamorada de los cómics (tan enamorada que incluso estaba casada con un dibujante), que me comentó con bastante pesar cómo habían rechazado su proyecto de hacer una tesis sobre cómics y en su lugar le habían ofrecido hacer un estudio sobre la repartición de la tierra en no sé qué villa decimonónica perdida de la mano de los dioses. La muchacha había contraatacado explicándole a su director que, merced a su marido, podía tener acceso a las editoriales, a otros autores, a los originales… pero ni por esas, o reparto de la tierra o nada. Al final eligió la nada, prefiriendo no hacer lo que le gustaba a trabajar en aquello que no le interesaba lo más mínimo".
El artículo de José Joaquín Rodríguez Moreno, autor de Los cómics de la Segunda Guerra Mundial, lo podemos leer completo en: La Voz Digital